• Alcolea de Cinca,
    Huesca, Aragón

El entorno de La Codera

Situación

El entorno de La Codera

El Valle del Cinca se encuentra situado en el extremo oriental de la provincia de Huesca en el límite con Cataluña y forma una unidad geográfica indisoluble con el cercano curso del río Segre uniéndose ambos a pocos kilómetros de su desembocadura en el Ebro a unos 100 km. del Mediterráneo. Esta zona, de clima seco y árido, tiene en las inmediaciones de los cursos de los ríos un gran potencial agrícola que constituye la principal fuente de riqueza en la actualidad.

Sin embargo, en la Antigüedad su principal potencial lo constituyó la existencia de esos cursos fluviales que sirvieron como vía de comunicación e intercambio a lo largo de siglos. Es en torno a los ríos donde se establecen los principales asentamientos desde la Prehistoria hasta épocas muy recientes. Frente al hábitat en cuevas y abrigos de las cercanas sierras prepirenáicas durante el Paleolítico y Neolítico, a lo largo de la Edad del Bronce se incrementa notablemente la colonización de las tierras más bajas que continuará ininterrumpidamente en época ibérica y romana. Dada su relativa proximidad al mar y aprovechando como hemos dicho la navegabilidad del Ebro y sus afluentes, las influencias de las civilizaciones mediterráneas se dejarán notar constatándose la presencia de producciones cerámicas fenicias y griegas aunque en pequeñas cantidades.
A unos 3 kilómetros al sur de la población de Alcolea de Cinca, este río se aproxima a su afluente el Alcanadre del que dista escasos dos mil metros en un punto situado a unos 5 kilómetros del encuentro de ambos cursos. En este punto la terraza que separa ambos cauces se convierte en una excelente plataforma desde la cual se domina un amplio espacio que alcanza desde las cumbres de la cordillera pirenaica hasta prácticamente el encuentro entre el Segre, el Cinca y el Ebro. De este modo es fácil comprender la importancia estratégica del lugar y su situación privilegiada en cuanto a la susceptibilidad de recibir influencias e intercambios. De hecho está probada la ocupación del lugar de forma continua, al menos desde la Edad del Bronce hasta hoy, a través de la Edad del Hierro, las épocas ibérica y romana y el medievo.